Noche en la playa [Libre]

Tres, dos, uno y la cena familiar por fin habia llegado a su termino pero una vez que empezaba a cantar victoria su madre tiene la genial idea de invitar a sus familiares a la sala por un bajativo. Nunca le habian gustado las cenas familiares en donde se juntaban a conversar de cuanta cosa aburrida y por si fuera poco habian dos tías que la criticaban constantemente, que portate bien, que no salgas mucho, que preocupate de tus estudios, que vistete bien que a si no pareces una señorita decente, refinada y respetada. ¡Argg! como odiaba que se metieran en su vida ni sus padres lo hacian e iba a permitir que vinieran ellas hacerlo. Además que mal puede ser unos jeans ajustados de color negro, zapatos de tacón del mismo color y una blusa de color rosa pálido que tenia una pequeño escote en la zona de sus pechos y se amarraba alrededor de su cuello y con una pequeña parte de la espalda descubierta ¿Hay algo de malo?.

Después de un gran tiempo, mira su reloj de pulsera y se da cuenta que son las 11 de la noche y sus tías no mostraban la más mínima intención de querer marcharse. Sin esperar más se levanta y se dirige a la sala contigua donde se encontraba un teléfono, marcó el número de un taxi, no pensaba molestar al chofer cuando sabia que seria el encargado de ir a dejar a sus familiares porque su padre no se tomaría la molestia de hacerlo. Al rato después habia ingresado nuevamente al salón pero esta vez algo en su apariencia era distinto, habia cambiado los zapatos de tacón, por unas botas sin tacón de color negro y llevaba en un abrigo en sus manos. No le tomaron mucha atención al abrigo, lo más probable que hubieran pensado que solo le habia dado frío. Pero que equivocadas que estaban.

Exactamente 10 minutos después entra el mayordomo, se acerca a la rubia y le dice algo al oído, con una sonrisa de costado porque al fin lograría arrancar de esa tediosoe insoportable reunión. Estaba apunto de salir cuando una voz hizo que se detuviera - ¿Acaso piensas salir? - una de sus tías fue la que hablo - Acaso es tan ciega para no darse cuenta que llevo un abrigo en las manos - bufe por lo bajo mientras me volteaba y logró divisar a su madre con una clara advertencia en su mirada, aunque ella tampoco soportaba mucho a la familia de su esposo, no quedaba de otra. - Cuidado, deberías tener más consideración y mira la ho... - no alcanzo a terminar porque fue interrumpida por la rubia - Con usted... padres voy a salir - dijo antes de salir, para no seguir escuchando a su tía porque no sabía cuando duraría antes de soltarle unas cuantas.

Una vez arriba del taxi lo único que dijo fue - Hacía la playa - durante todo el camino se fue mirando por la ventana las casi solitarias calles, en donde lo único que se podía ver era a uno que otro joven que lo más seguro se dirigía a alguna fiesta y algún perro callejero. Después de un rato el conductor se detiene en frente de lo que seria el paseo. Sale del taxi y con un susurro da las gracias. Se encaminó hasta las suaves arenas, una vez que llegó se sienta con las piernas cruzadas, busca un cigarrillo y el encendedor en su abrigo, una vez que lo tuvo entre sus manos lo enciende y le da una leve calada, sí, la rubia necesitaba salir de esa casa llega de viejas anticuadas y dar por fin un respiro.