Dejandose llevar [Libre]

*Al día siguiente tenía un examen de biología pero pasar la tarde entre libros no era su estilo. Además de que odiaba la asignatura, para que engañarse. Si hubiese sido de literatura, sería otra cosa. Adoraba leer. Pero, biología? No te ralles. De manera que salió a la calle a dar una vuelta y sus pues, inconscientemente lo llevaron hacia un sitio que conocía demasiado bien. Sonrió al verse plantado ante la puerta del conservatorio y pensó que podría permitirse pasar un rato allí. Después volvería a casa y se concentraria en biología*

*Entra y sin pararse en ningún sitio va a su sala favorita. Era bastante amplia con grandes ventanas y vistas a la calle y lo más importante, llena de instrumentos, aunque para él solamente existía uno en ese momento. Se quita la cazadora, dejandola encima de una de las sillas y se acerca al piano. Se sienta en la banquta arremangandose ligeramente la camiseta, despejandose las manos y toca un par de teclas para familiarizarse con las notas para, poco a poco, empezar a tocar una melodia*

Mi ya aburrido y mareado chicle había dado todo el sabor que podía tener, y en estes momentos, necesitaba quitarlo de mi boca.
Levanté mi hermoso trasero de la silla, e intenté no chocarme contra la batería que tenía enfrente.
Dejé las baquetas en la caja y fuí hasta la papelera, que se encontraba al lado de la puerta.

Tiré el chicle, y una música clásica pero buena, llego a mis oídos.
Con curiosidad abrí la puerta y asomé mi cabezota por el pasillo.
No había nadie.
Mordí el labio y pasé la mano por mi cuello algo nerviosa, el estomago empezaba a darme pinchazos, quería saber quien sabía tocar de aquella manera.
Cerré la puerta sin hacer mucho más ruido y dejé que mis piernas me dirigieran hasta la sala donde sonaba la música.
Miré el pomo de la puerta, pero no me atrevía entrar.
Al parecer, estaba muy mal visto molestar cuando alguien

*Tras dejar la mente en blanco, todo fue mucho más fácil. no necesitaba pensar las notas,sus dedos recorrían solos el teclado, sabiendo adonde ir. Conocían la melodía que tenían que tocar. Y así estuvo unos minutos, conlos ojos cerrados, sintiendo la música que tocaba. Amaba estos momentos a solas, esa sensación de confianza que le invadía, se sentía bien con la música. Tanto como cuando jugaba al fútbol. tal vez incluso más. Nadie conocía este secreto suyo. Por eso mismo, la sensación de estar haciendo algo "prohibido" le daba adrenalina y a la vez lo relajaba... era fascinante*
*Cuando terminó la melodía, todavía se quedo unos segundos más en silencio, en la misma posición, con los dedos flotando unos milimetros por encima de las teclas, disfrutando de esos últimos momentos de placer. Finalmente abrió los ojos y, soltando un suspiro, se levantó de la banqueta, encaminandose hacia sus cosas para buscar un cigarrillo en los bolsillos de su chaqueta*

Mi espalda se apoyó en la puerta mientras mis oídos se dedicaban a escuchar el sonido tan bonito que salía de aquel piano.
Cerré los ojos, y me dejé resbalar por la enore puerta hasta que mi trasero se apoyó en el suelo. Mi cabeza se posó en la madera fría, y mis brazos se aflojaron de tensión.
Hacía mucho tiempo que no me relajaba tanto escuchando música clásica, y mucho menos, una que fuera en directo.
Solo de pensarlo, mi piel se erizó, y sonreír mismo sin querer.
Una persona pasó por delante mía, no me di cuenta si era chico o chica, si era profesor o simplemente un alumno más. Estaba realmente concentrada en escucharlo, hasta que simplemente, el sonido paró.
Abrí los ojos perezosamente y miré al techo, como si el tiempo hubiera finalizado.
No se escuchaba nada más, solamente... mi respiración.
Me levanté dificultosamente, con vagueza. Me apoyé en el pomo de la puerta, y sin controlar el equilibrio o la fuerza que hacía, el pomo se giró y caí de culo dentro del aula.
-Pero que coño...- un sonido de fastidio salió entre mis labios como un silvido, y bajé la cabeza algo ofuscada.

*Se había acercado hasta la ventana y ahora miraba afuera, sujetando el cigarrillo con los labios, sin siquiera haberlo encendido todavia. De echo, ni siquiera sabía donde tenía el mechero. probablemente en alguno de sus bolsillos, o en la cazadora, que importaba? Así estaba bien. Apoyó las manos en el marco de la ventana, dejando caer el peos sobre sus brazos, mirando el cielo que comenzaba a oscurecerse. Probablemente lloviera*

*Y ahí estaba, perdido en pensamientos inconexos que tampoco tenían ninguna importancia cuando un sonido sordo acompañado de una queja fastidiada lo sacó de su mundo. Se dio la vuelta y quedo de cara mirando a la chica que estaba tirada en el suelo arqueando una ceja en una mueca intrigada*

Hola *Saluda dibujando una pequeña sonrisa en su rostro. Ciertamente, la situacion era divertida. Se quita el cigarro de los labios y lo guarda en el bolsillo de su camisa. Y entonces una pregunta le viene a la cabeza: Desde cuando estría ahí? Le habría oido tocar? Y ese pensamiento consigue que los colores suban a sus mejillas. Se moriría de vergüenza si eso hubiese pasado*

*Carraspea para aclararse la garganta y pregunta con un tono algo más serio, ligeramente molesto* Desde cuando estas ahí? *Señala la puerta con un gesto de la cabeza*

Baje la cabeza un segundo para escuchar lo que ya me temía.
He de decir que me sorprendí bastante al escuchar la voz de un chico, y más cuando me giré y lo miré a él. Es cierto que no lo conocia de absolutamente nada, pero lo cierto es que mi subconsciente había dicho que la persona que tocaría, sería una joven encantadora dedicada en cuerpo y en alma a la musica, y no.. Otro cliché más de nuestra sociedad quizás, sobreentender las cosas, y mirarlas de la manera que mejor creemos que son..

Bueno, al caso. La cuestión era que me quedé mirando para el unos cuantos minutos, sin responder, sin nisiquiera hablar, imaginando cosas en mi mente, cosas que se me pasaban rápidas ocmo una pelicula sin fin.
Al cabo de un rato, ya volvía a ser la Mel de siempre, y sonreí con perspicacia
-Desde hace cuanto querrías que estuviera..?- había metido la pata escuchando, pensando que era otra persona, alguien a quien le gustara que le escucharan, pero no había sido así, por lo que ahora me tenía que andar con cuidado.
Pronto la pesadez apareció a modo conciencia..
-Perdona.. no fué mi intención molestar...- ya levantada, até las manos tras mi espalda entrelazando los dedos en ella y bajé la mirada - me perdonas?- mis mejillas se sonrojaron al igual que las suyas. -No era mi intención...- me disculpé nuevamente mordisqueando mi labio, mirándolo con ganas de que hablara de nuevo

*Aprovecha el momento que tarda ella en contestar para observarla detenidamente: Ojos bonitos, cara inocente, curvas insinuantes, actitud de seguridad... probablemente estaba frente a una rouge, aunque tampoco se apostaría el cuello por ello*

*Al escuchar la primera pregunta que le lanza, no puede evitar el fruncir el ceño, ¿se cachondeaba de él?* Pues... que acabaras de llegar sería una magnífica noticia *Dice con seguridad, dejando claro que no quería haber sido escuchado. Pero entonces se le rompen todos los esquemas al escucharla pedir disculpas. Podía estar perfectametne preparado para la guerra, pero no para oir un "perdón". Y ahora no sabía que hacer*

*Suspira con resignación, quitandole importancia a la situación con un gesto de la mano* No te preocupes.. debería haber pensado que esto podía pasar. Al fin y al cabo es un sitio público. Es solo que... pensaba que estaba solo *Y era cierto. De haber sabido que había alguien más, jamás se habría puesto a tocar*

Estas bien? *Pregunta, recordando con una pequeña sonrisa el tortazo que acababa de darse contra el suelo*

Mordí el labio y me sorprendí un poco de su primera respuesta, pero la siguiente, vino seguida de la mía, por lo que una pequeña sonrisa apareció en mis labios.
Alcé la vista, y lo miré todavía al lado de la ventana, y como quitando hierro al asunto, miré através de ella y sonreí un poco más
-Ba, estoy bien..- Chica fuerte (?) No, más bien orgullosa y cabezona, pues no podía dejar las manos alejadas de mi trasero por más tiempo. Diablos, pero aún me dolía! - El próximo día que quieras tocar...- ladeé la cabeza, sabiendo que se podía enfadar, por lo que prefería no mirarle a los ojos mientras preguntaba, por si acaso- me llamarías?- pregunté curiosa. Si, eso, curiosa. Mis ojos se entornaron y lo miraron de reojo con una sonrisa de medio lado tranquila

*La mira, dubitativo. ¿Estaba bien? Vale, tampoco había sido la hostia de su vida pero daño se había tenido que hacer seguro. De todas formas, prefiere no hacer ningun comentario al respecto*

*Al escuchar su petición no puede evitar dibujar una mueca en su cara. ¿Se lo estaba diciendo en serio? ¿O se estaba riendo de él? No sabía que opción le daba más miedo. De verdad, después de la reacción que acababa de tener por haberla pillado escuchando, pensaba que la llamaría cuando volviese ha hacerlo? Se rasca la nuca, algo desconcertado y la mira* Pues... la verdad, no creo que lo haga. No se si lo has notado pero tocar con público no es algo que me gusta especialmente...

Sonreí de medio lado y miré en otra dirección pensativa
-Por notar, lo he notado...- miré de reojo hacia el y ladeé la cabeza- pero...- Mel, cállate. Va a ser mejor que no juegues, por que, de todas formas, el chico, no le gustaba tocar en público.. una pena a mi parecer...
Suspiré como si estuviera agotada y me acerqué al piano un momento, estaba a penas a unos pasos de mi.
Mi dedo flotó en el aire y toco un inocente La...
Vi como la tecla bajaba por la presión que ejercía mi dedo, como el sonido salia del piano con un simple gesto.. y sonreí
-Es una pena...- las palabras salieron solas, entre un silencio desconcertante. Susurro casi inaudible, pero que perfectamente habría entendido el fín.
Miré de nuevo para el, y con un gesto vivaz y algo más firme, mi mano se elevó para dar una señal de despedida.
-No me quedaré más tiempo para molestarte.. -Sonreí algo más alegre, como realmente era. mi voz se volvió aterciopelada de nuevo, y mi menton se elevó como de costumbre. Orgullosa, y altiva, me giré para dirigirme a la puerta, pero mientras andaba hacia ella, me acordé de nuevo del incidente
-no volverá a pasar..- sonreí con ternura y me encogí de hombros- pero espero verte algún día, aun que no sea tocando..