Pasando el rato [Libre]

No tenía planeado quedarme en casa todo el día, sobretodo porque no era capaz de soportar las constantes bullas de mis padres y los discursos que me echaban. Así que me decidí por salir a pasear un rato y despejarme la cabeza.
Me había llevado a Annie, que ahora correteaba por la hierba jugando con otros amigos mientras yo permanecía sentado en el césped con toda la tranquilidad del mundo. Cualquier cosa por huir del ambiente familiar y sacar a mi pequeña hermana de allí, si era posible.
Era un buen lugar para estar, puesto que no venían demasiados adolescentes y podía traer a la niña sin temor. Luego por la noche la dejaba en casa y me adentraba en los oscuros callejuelos a buscar mis mejores amigos, los de siempre.
Saqué un cigarrillo del paquete y lo encendí con parsimonia, ahora que estaba solo podía disfrutar del viento, pensar en mis cosas y vigilar al mismo tiempo.

Mi hermano se había ido con sus amigos, por ahí. Supuse que a hablar de sus cosas y tal , y por tanto no tenía nadie con que quedar. O más bien si tenía, pero había pensado quedar con Eliah solo, no con mis amigos, y él al decirme que tenía otros planes pues me había decolocado un poco. Y tampoco me apetecía llamar así de corre prisa ahora a mis amigos. Aunque no pasara nada, yo no era así.

Iba andando por el parque Norte, con un cigarrillo entre los labios, casi al terminar ya, pensando en mis cosas. No me di cuenta que al girarme había por allí una niña correteando, y entonces ella chocó contra mis piernas, sin hacerse daño. La cogí a tiempo para que no cayera al suelo. - Eh pequeña... cuidado... - dije con voz dulce agachandome hasta encontrarme a su altura. Aquella niña me sonaba de algo... ¿pero de qué?.

Me levanté de un revuelo cuando vi que Annie se alejaba demasiado de mi vista y una chica se cruzaba con ella. Me acerqué hacia allí con prisa, dejando el cigarrillo por ahí perdido, preocupado por que le hubiera pasado algo.
- ¡Annie!- dije, acercándome a ella. Vi a otra chica, no demasiado mayor, a su lado, pero no parecía enfadada ni nada por el estilo.- Perdona, es que cuando juega no sabe por donde anda.- comenté suspirando algo más aliviado.
Miré a la chica. Espera... Yo creía saber quien era.
- Tú eres... ¿Ann?¿Puede ser?- pregunté, confundido. Se me daba muy mal lo de acordarme de los nombres, así que quizás me estaba equivocando de persona y había hecho el ridículo.
Cogí a mi hermana en brazos cuando me dijo que estaba cansada y esperé a ver si estaba en lo correcto o no. Me sonaba un montón.

¿Así que se llamaba Annie? Casi, casi como yo. Lo supe simplemente cuando escuché como alguien la llamaba, pues la pequeña giró su rostro, sonriendo poco después al ver que la persona que le había llamado, venía hacía donde estabamos las dos. Giré la cabeza y me di cuenta de que era un chico el que venía en busca de Annie. Él también me sonaba... y mucho más que la pequeña. Me puse en pie, posando mi mano en la cabeza de la niña para que no se moviera de allí y volviera a chocarse con algo, y después la dejé ir cuando él estuvo enfrente de mí.

-No importa, es normal, tan solo es una niña - dije con una sonrisa agradable, aunque algo timida. Miré a la pequeña con una sonrisa, apartando la mirada de la de él, hasta que me preguntó aquello. Y fue cuando lo miré fijamente. ¿Él me conocía? Y al fijarme más, sobretodo en sus ojos, en su mirada, lo reconocí. - ¡Jackson! - exclamé sonriendo ampliamente dandole dos besos en las mejillas. - ¡Vaya, que sorpresa! Hacía tanto tiempo que no nos veíamos que por un momento no caí en quien eras - confesé negando con la cabeza. -¿Que tal te va todo? - pregunté con una sonrisa, mientras le hacía burlas graciosas a Annie, haciendola reir un poco.

Sonreí un poco ante su contestación. Ahora si que me acordaba de ella, ¡era Ann! Pero estaba bastante cambiada, y no había podido reconocerla a la primera. Que tonto había sido, tan concentrado con la niña que ni siquiera me había fijado lo suficiente como para darme cuenta.

- Parece que nos vamos acordando del otro, ¿eh?- le respondí con una sonrisa ladeada. Le devolví los dos besos.- Es que ha pasado... Sí, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. Estás muy cambiada tu también, me ha costado saber que eras tú.- torcí el gesto un momento.- Bien, bueno, ahí currando como siempre, sacando a la niña de paseo un rato, y bueno, en casa ya sabes como están las cosas.- comenté por lo bajo. Me reí al ver las caras que le hacía a Annie para que se riera.- ¿Y a ti cómo te van las cosas?

Dejé de hacer burlas para prestarle más atención a mi amigo de la infancia. No es que hubieran pasado mucho años desde entonces, pero aún así había cambiado un poco. Estaba más...guapo. O es que tal vez antes ni me fijaba en eso. Aunque ahora tampoco iba buscando nada. Sabía un poco de la vida de él. Pero no lo suficiente como para saber que le pasaba realmente. Si estaba bien con su familia o no. Pero las preguntas las dejé para después, para primero contestar las que me estaba haciendo a mí, antes que nada.

-Bien... en casa bien, y bueno, ya sabes, mi hermano y yo estamos intentando independizarnos y eso - dije encogiendome de hombros, mientras cogía a Annie en brazos. Me agradaba saber que le caía en gracia. - Que guapa estás, Annie - le dije dedicandole una sonrisa dulce. Ella me la devolvió. Y casi casi me la como a besos. - ¿Vives con tus padres todavia? - pregunté mirandole, mientras bajaba a la niña al suelo, y esta jugaba con la tierra del parque.

Independizarse... Pues ya éramos tres los que lo estábamos intentando, aunque no quería dejar a mi familia sola y el tema del divorcio estaba muy mal por allí.
- Vaya, en estos momentos será difícil encontrar un piso donde vivir, porque entre los estudios y todo eso...- le dije mirándola. Desde luego, no haberme fijado antes en ella era casi como un crimen. Puesto que éramos amigos de hacía tiempo, nunca me había parado a pensar en si era guapa o no, pero después de estar un tiempo sin verla podía llegar a la conclusión de que sí, lo era. Seguro que atraía más de una mirada, además de desprender un aura de... ¿alegría?
Miré a la niña y le revolví un poco el pelo.
- Es mi pequeño tesoro, me gusta traerla al parque. Además, mira, gracias a ella hemos podido reencontrarnos.- comenté ladeando un poco la cabeza. Me rasqué la barbilla pensativo cuando me dijo que si vivía con mis padres.- Bueno, técnicamente sí, pero casi no estoy por la casa, últimamente me estoy dando mucho de vicios.- dije con toda la naturalidad del mundo, porque desde luego era una cosa que me gustaba mucho, y nadie me podía criticar por ello.- ¿Tú sigues con los estudios, o estás trabajando?

Mientras le escuchaba hablar, me recogí el cabello en un coleta alta, ya que me molestaba un poco el cabello. Me peiné un poco el flequillo, poniendolo a un lado como siempre lo solía llevar, y luego me crucé de brazos. - Si... supongo que será dificil, aunque se hace lo quese puede - dije sonriendo ligeramente. - Yo les digo siempre que cuando ellos tenían mi edad, seguro que también deseaban independizarse - dije mordiendome el labio inferior mientras dejaba que saliera una pequeña sonrisa a la luz. - Pero como siempre lo niegan - rodé los ojos y negué con la cabeza. Los padres eran así de aguafiestas siempre.

Se me cayó la baba al ver como trataba a la pequeña. Con esa dulzura... y como la miraba. Adoraba a los chicos con esos sentimientos. Siempre había sido uno de mis puntos debiles. Sonreí sonrojandome levemente. - Cierto... si no hubiera sido por ella seguramente hubiera pasado de largo - saqué la lengua sonriendo graciosa. - Entiendo... yo en cambio si estoy bastante en casa, aunque siempre metida en mi cuarto - dije esbozando una sonrisita culpable. Era como una marmota. - Ahora mismo estudio, aunque supongo que tendré que buscar trabajo, si quiero conseguir mis metas - dije mirando hacía la niña. Luego volví a mirarlo. - He visto un sitio muy bonito por aquí, y hay algún que otro columpio, lo digo para llevara a Annie, si quieres claro - dije.

Vi como se peinaba el pelo y se lo recogía en una coleta, le quedaba mejor. Como un acto automático, me pasé una mano por el pelo para dejarlo tan de punta como siempre. No me gustaba ir despeinado, a mi manera, claro.
- Eso es cierto, yo también se lo digo y me lo niegan.- le dije riendo.- Creo que en realidad lo que quieren es que me vaya ya de casa y los deje tranquilos.- sonreí. Eso lo tenía más que claro, yo solo gastaba y gastaba.
- Muy posiblemente.- me reí un poco entre dientes y asentí a sus palabras.- El cuarto, nuestro santuario.- bromeé.- Bueno, siempre tienes la opción de un trabajo a media jornada, para poder seguir estudiando. No vaya a ser que termines como yo.- puse los ojos en blanco.

La escuché y sonreí ampliamente.
- ¡Claro! Es una idea estupenda, así de paso damos un paseo.- comenté. Y Annie sonrió también, como corroborando el plan.- Creo que está decidido, pero nos tendrás que guiar, no sabemos dónde está.- comenté mirando alrededor.

- Yo no se si están cansados de mi o no... aunque espero que no - dije poniendo cara rara. Aunque a veces si se me pasaba la posibilidad de que quisieran deshacerse de mí y de mi hermano. Simplemente para que ellos vivieran su vida, y nosotros la nuestra. Y otras veces me decían cosas como "¿Y que vas a hacer tu sola en un piso?" precisamente eso me ponía de mala uva. En fin. Cuando tuviera dinero y ganas seguramente buscaría piso. Se me pasó por la cabeza decirle a Jackson, de broma, que se viniera a vivir conmigo, pero aunque fuera en broma, pensé que sonaría algo violento. Así que no dije nada al respecto.

Reí y asentí. - Cierto, mi cuarto es mi santuario, mi refugio, además de que ahí es donde tengo mis cosas, y parte de mi vida - confesé con una sonrisa risueña mirando hacía adelante. Giré el rostro mientras cogía a Annie de la mano. - Si... cuando tenga hueco echaré curriculums a diestro y siniestro a ver si tengo suerte - dije sonriendo graciosa. Comenzamos a caminar cuando él aceptó la propuesta de ir hacía ese sitio. Mientras caminabamos, le miraba de reojo. Ahora mismo no se me ocurría nada que decirle. Y eso me incomodaba un poco. - Em...queda poco - fue lo único que se me ocurrió decir. "Idiota..." me dije a mi misma.

- A mi el que me preocupa no soy yo...- suspiré por lo bajo pasándome una mano por la nuca. La que me preocupaba era la pequeña. Con todos esos gritos en casa podía coger miedo a sus propios padres. Y eso era algo que no debía suceder bajo cualquier concepto, porque sino, ¿cómo iba a crecer bien? Había estado pensando en llevármela a vivir conmigo cuando tuviera un piso, y no era una mala idea. Tenía dinero para mantenernos a los dos, y seguro a mis padres no les importaría sacarse un peso de encima.

- A ver si me van a dar ganas de visitar tu refugio.- bromeé con una sonrisa ladeada. Ya me imaginaba colándome por la ventana con un traje negro o un smoking. A veces tenía pensamientos demasiado estúpidos. La miré y me rasqué la barbilla. Nah, no creo que quisiera venirse conmigo a vivir, aunque quizás se lo comentara más tarde.- ¿Para qué trabajo estás estudiando ahora?- le pregunté con curiosidad.
Me reí cuando me dijo que quedaba poco y asentí.
- ¿Sabes? Me has alegrado el día. Y además me he llevado una sorpresa al volver a encontrarte, y tan cambiada.- le comenté. Cogí la otra mano de la niña.- De todos modos me alegro de haber salido hoy.

Mordí mi labio inferior, timida, al decir aquello. A mi no me importaría si él se pasaba por mi "refugio". Es más. Yo le invitaría, pero quedaría muy raro que se lo dijera, y encima podría pensar lo que no era. Y ahora que pensaba... él todavía no había entrado en mi casa. Aún. Solo en el porche de la casa y poco más. Cuando me acompañaba a casa después de haber ido algún lado de fiesta y eso. Cuando mi hermano Eliah no podía venir, y me tenía que ir yo sola sin nadie.

Ahora que lo pensaba. Jackson siempre había estado ahí conmigo. Aunque por cosas de la vida nuestras vidas habían cogido otros caminos. No me acordaba de lo bien que me sentía a su lado. Pero ahora volvía a sentir ese mismo sentimiento. - Bueno... siempre tendrás la ventana de mi cuarto abierta - ¿debería haber dicho eso? tal vez... pero lo dicho estaba dicho. - Me gustaría ser fotografa o modelo - Le dije con una sonrisa. La verdad es que si llegaba a conseguir alguno de esos dos sueños, sería muy feliz. - Así que me puse a estudiar Bachillerato Artistico de diseño - dije encogiendome de hombros y sonriendo.

No pude evitar sonrojarme. Siempre me pasaba la mismo. Encima nunca podía maquillar ese sonrojo, y siempre se me acababa viendo. - Yo también me alegro de haber salido hoy... - dije. Y justo llegamos al sitio donde dije. Habian muchos arboles, y en una pequeña explanada habia un pequeño parquecito. Echo expresamente para los más pequeños. Y al lado un pequeño lago. Me dirigí hacía unas rocas que había de decoración, pero que eran de verdad, y que la gente solía sentarse ahí, aunque ahora por suerte no había nadie. - Vamos a sentarnos ahí, o si quieres te espero mientras Annie se sube en los columpios - dije esperando respuesta.

Sonreí cuando me dijo que tenía la ventana abierta. Quizás algún día me pasaba a hacerle una visita secreta sin que nadie se enterara, viéramos pelis juntos, comiéramos palomitas y bueno, lo que surgiera, yo no tenía problema.
La miré unos instantes y asentí de acuerdo con ella, llevándome una mano a la barbilla pensativo.
- Para modelo lo tienes todo, eres alta, guapa, tienes un pelo bonito y una sonrisa resplandeciente. Pero por favor, si te dedicas a eso, no te pongas tan flaca como esas mujeres que son todo huesos.- resoplé por lo bajo poniendo los ojos en blanco. Aquella gente era un saco de piel, porque no tenían nada de carne que las rellenara. Daban un poco de... cosa.- Y para fotógrafa no se, tendrías que enseñarme algunas de tus fotos, a ver si están bien. Aunque supongo que sí.- comenté mordiéndome el labio instintivamente.

Vi como se sonrojaba y no pude evitar que una sonrisa asomara por mi cara. Le di amistosamente con un dedo en la frente, flojo, y me reí.
- Uno no puede estar todo el día en casa.- negué con la cabeza, y miré hacia el lugar en dónde estábamos. Un parque acogedor, con sitios donde jugar los niños y un lago que daban ganas de bañarse.
- Corre, ve a jugar un rato con los otros niños.- le dije a mi hermana agachándome a su lado. La acompañé hasta las construcciones y dejé que jugara tranquila. Volví con Ann después y me senté a su lado.- ¿Habías venido antes por aquí? Es un lugar muy bonito para pasar el rato, además de ser tranquilo.

Sonreí. - No se si tengo tantas cualidades para ser modelo... pero si que me gustaría probarlo aunque fuera por lo menos un vez - dije encogiendome de hombros. Tal vez nunca pisaria una pasarela. Pero ser modelo de revistas y eso... tal vez sí. Reí y negué con la cabeza al escucharle. - ¡Qué va! no pienso ser un esqueleto andante, eh... - dije riendo mordiendome el labio inferior, inconscientemente. Esas chicas asi me daban asquito verlas. Se les notaban todos los huesos.... era feisimo ver aquello. Yo no sabía muy bien como algunos hombres perdían la cabeza por esas chicas.

Vi como Annie se iba a jugar al parque, mientras yo me acomodaba en las rocas esas que estaban expresamente allí para sentarse. Comencé a jugar con un mechón de mi pelo distraidamente. Como siempre. Dejé de hacerlo al ver que Jackson se sentaba a mi lado. - Si... cuando necesito despejarme suelo venir aquí. Es un lugar bonito, y agradable, más que estar en casa y oír a tus padres hablando fuerte o cosas así - dije rodando los ojos y chasqueando la lengua. -Por cierto... si Annie o tú necesitais algo, contad conmigo, eh - dije con una sonrisa cálida.

- Que sí, que sí, que las tienes. Te lo digo yo.- le sonreí, cogí un mechón de su pelo que se había estado retorciendo, y al final se le había hecho un tirabuzón. Traté de alisarlo con parsimonia, mientras la miraba. ¿Había estado algún día enamorado de ella? Quizás sí, aunque no me acordaba. Suspiré con exageración llevándome una mano al corazón.- Es un alivio saberlo, porque lo pasan muy mal, y no me gustaría verte a ti igual.- esto último lo dije en serio. Tenían una vida que daba cierta pena. ¿Hacía justicia andar por una pasarela a estar pasando hambre? Yo creía que no, y que me dijeran anticuado, que yo seguía pensando igual.

- Desde luego, mucho mejor que escuchar a los padres pelearse entre ellos. Al final terminas con la cabeza como un globo, o peor.- comenté, y automáticamente giré la cabeza hacia mi hermana, que se columpiaba feliz. Miré a Ann y no pude evitar sonreír.- Gracias, lo mismo digo por mi parte. Creo que le has caído bien a Annie, estaría encantada de que te vinieras con nosotros. Y a mi tampoco me importaría.- rematé la frase. ¿Entendería que me refería en serio a que podíamos ir a vivir todos a un piso, lejos de los dichosos padres?

No podía evitar ser amable y protectora con los dos hermanos. Algo me hacía serlo. Desde que nos habíamos encontrado en la otra parte del parque hasta ahora, comenzaba a sentir ciertos sentimientos hacia los dos. Hacía Annie un cariño protector que jamás había sentido antes. Tal vez porque era bonita y graciosa, además de que te daban ganas de achucharla hasta la saciedad. Y con Jackson... no sabía que era exactamente. Pero estaba claro que me gustaba. ¿Mucho? ¿Poco? Ni idea. Pero em gustaba. - Eso quiere decir que en el fondo me proteges y cuidas de mí... - dije bromeando. Saqué la lengua haciendo una mueca graciosa. Aquél gesto de alisarme el mechón de pelo hizo que sintiera un escalofrío por la columna vertebral. Por un momento sentí impulsos de besarle, pero eso sería una soberana tonteria y una locura.

Lo último no supe como interpretarlo, pero me gustó la idea. - ¿Venirme? ¿Dónde? - acabé por preguntar. Debía asegurarme que había querido decirme con eso.

Escuché lo que decía y asentí lentamente con la cabeza. Acostumbraba a tener bajo mi protección a mis amigos, y a la gente que me importaba. Y ella no era una excepción, siempre me había preocupado por que no le pasara nada malo, y aunque no se diera cuenta, le tenía un ojo echado encima. Aunque ella era una persona muy alegre y no se metía en demasiados líos, así que podía estarme tranquilo.
Me reí al ver la mueca que hacía.
- Supongo que será eso, aunque no se puede decir que haya cuidado mucho de ti durante estos meses.- torcí el gesto. Con tanto lío en casa y en el trabajo había descuidado a muchos de mis amigos y me había dado a cosas perjudiciales, aunque no quería arrastrarles a ellos también.

- Bueno, ya sabes... Venirte a vivir con nosotros, o veniros, si quieres traerte a tu hermano también. No hay problema. Si no aguantas más y quieres marcharte de casa mis puertas siempre están abiertas.- me encogí levemente de hombros y sonreí.

- Supongo que me despisté un poco... Pero bueno, lo que cuenta es que nos hemos vuelto a encontrar, ¿no?- sonreí y solté una pequeña carcajada al escuchar que no me guardaba rencor.- Me alegro de saberlo, yo tampoco te lo guardo eh.- bromeé. Le pasé un brazo por los hombros en plan amistoso, solo esperaba que no se creyera nada raro, que tampoco es que fuera un acosador ni nada parecido.

- Bueno, tu se lo puedes comentar, si le parece bien ya sabes que podéis venir cuando queráis, y sino pues no pasa nada, solo es una proposición.- le comenté con un guiño.- Y no molestarías en absoluto, desde luego.- reí ante lo que dijo de su madre.- Creo que eso también lo dice la mía, pero hace tiempo que dejé de tomarlo en serio.- comenté, miré hacia el parque, y vi que mi hermana venía corriendo hacia nosotros con una cara de felicidad que casi no le cabía.- Ella... Bueno, ella creo que ya sabe lo que está sucediendo en casa, e intento sacarla tanto como puedo. Por eso me la quiero llevar de allí conmigo.- suspiré levemente y me pasé una mano por la cara. Annie llegó hasta nosotros y trató de subirse a la roca, tirando del pantalón de Ann.

- Eso mismo.- dije, acomodándome sobre las piedras. La miré y sonreí ladeadamente.- Yo nunca me echo atrás, ya sabes.- me reí entre dientes. Por ser tan cabezota me había metido más de una vez en algún lío, y seguía son poder controlar esas ganas de llevar la contraria y ser fiel a mi palabra. Me apoyé sobre un codo y me puse de lado para estar más cómodo, observando como mis dos mujercitas estaban sentadas juntas. Casi se me caía la baba al verlas así, y esa faceta que tenía Ann con los niños me encantaba.

- Yo también creo que se lo merece.- sonreí un poco.- Ah, eso de salir a su hermano ya no es tan bueno en algunas cosas, pero fuerte e inteligente lo has clavado.- bromeé un poco. Aunque lo primero que había dicho iba en serio, no quería que Annie se diera a la bebida, las drogas o las bandas callejeras. No iba a permitir que lo hiciera, y lo evitaría a cualquier precio. Cuando vi que la cogía con tanto cariño, una sonrisa se extendió por mi rostro.
La niña dijo algo parecido a: "gurugu dada paque" y luego se rió.
- Eso es que le gusta el parque. Creo...- miré a Ann, luego a la pequeña, y le saqué la lengua. Ella aplaudió y cogió un mechón de pelo de Ann para examinarlo.- Y creo que le gustas, mucho.

Sonreí al verlas juntas, me daban ganas de abrazarlas a las dos, pero no quería espachurrar a mi hermana y que Ann se pensara algo que no era. Así que reprimí mis ganas. Verla de aquella forma me hacía venir ganas de darle un beso, pero creí que se sorprendería y además teniendo a la niña delante, y no era por querer escondérselo, no era lo más apropiado. Porque aunque fuera muy inteligente, seguro que no podía aguantar irse de la lengua, no sería la primera vez que sucedía.

- Entonces es mutuo.- le dije con una amplia sonrisa. Me reí al ver las caras que le ponía a Annie.- Se te dan bien los niños, ¿eh? O al menos Annie, pero te aviso que ya no te va a soltar.- puse los ojos en blanco al ver que se agarraba a la camiseta de Ann. Miré unos instantes a mi amiga, y le guiñé un ojo.- Gracias, es todo un honor, aunque dudo que sea tan guapa como yo de mayor.- dije en plan broma, y me reí.- Aunque todavía me toca pasar la etapa de vigilar a sus novios.- le saqué la lengua haciendo una mueca. Vi como le hacía cosquillas y me incorporé, acercándome por detrás de ella, y le pinché en los costados flojo para hacerle cosquillas también.

- Yo creo que es solo con Annie, hay niños que me temen, por ir casi siempre de negro vestida, y eso - dije sonriendo algo tristona. Era cierto. La gente siempre te miraba de forma rara si no vestias como la gente normal. Y te miraban mucho más, si tu vestuario era casi todo de color negro. Pero bueno... estaba más que acostumbrada ya. Sonreí ampliamente al ver que la pequeña me había cogido cariño en poco tiempo. Noté un ligero tirón en la camiseta, y vi que era ella que se había aferrado con su pequeña manita. - En realidad no me importa, estaría todo el día con ella - dije sincera, dandole un beso en la frente. Ella correspondió con una mirada y una risita.

Miré a Jackson y le saqué la lengua. - Venga, venga, más guapa que tú será clarisimo - dije siguiendo la broma. Sonreí un tanto burlona. - Yo de ti no me metería en ese terreno... - le avisé con la mirada. Y luego reí entre dientes al notar las cosquillas de Jackson. Yo no era de tener muchas cosquillas, y eso me había salvado de una buena alguna que otra vez.

De repente una gota me cayó en una de las mejillas. Me sobresalté un poco y miré hacía el cielo. No me había dado cuenta de nada, ya que al haber sol no me había fijado de la tormenta que se nos echaba encima. Y de pronto un trueno. Y al segundo siguiente comenzó a llover. Enseguida rodeé a Annie con mis brazos para protegerla de la lluvia. - Jackson, deberiamos ir a algún lugar... pero mi casa queda lejos de aquí - dije mirandole mientras entrecerraba los ojos a causa de las gotitas de lluvia.

- Pues parece que ella no, aunque yo no le veo nada malo a vestir de negro. Viva la libertad.- sonreí de lado, a mi nunca me habían juzgado por cómo vestía, pero con Ann, por ejemplo, más de una vez ya le habían hecho algún comentario. Me parecía estúpido etiquetar a la gente así, pero bueno, era una sociedad algo malvada. A veces hasta yo me incluía en ella.
- Te la dejo un día si quieres, por mi no hay problema, y mis padres no van a decir nada por que más bien les da un poco igual.- me encogí de hombros.- Así que cuando quieras pasar un rato con ella me lo dices y se lo preguntamos, ¿verdad?- le dije a mi hermana, con una sonrisa. Ella sonriente, como siempre, mostró sus dientes pequeños y todavía no terminados de formar, como de acuerdo. Al final terminaría por quererla más a ella que a mi.

- Si hombre, y un pimiento.- bromeé riendo.- A ver si voy a tener que competir con ella por eso también, de momento tengo el título.- sonreí y le saqué la lengua. Me llevé una mano a la nuca y puse los ojos en blanco.- No soy ese tipo de tíos, además de que escogerá bien a quien quiera, yo no me voy a meter.- expliqué, para que Ann no se pensara que con el paso de los años había cambiado. Vi que las cosquillas no le afectaban y me rendí riendo.

Miré hacia el cielo. Cierto, me cayó una gota en la frente. Empezaba a lloviznar y dentro de poco, seguramente, caería un diluvio. Truenos, vi por el rabillo del ojo que Ann miraba también hacia el cielo, y mi hermana se encogía ante el sonido.
Asentí con la cabeza al momento.
- Vamos... No creo que esta lluvia dure mucho.- dije. Me quité la chaqueta para echársela por encima y taparlas a las dos, quedándome en manga corta.- Venga, antes de que nos caiga la tormenta encima.