Necesito respirar [Libre]

Estaba hasta el gorro de todo.
Salí de casa como un bólido, cogiendo por el camino las llaves, el móvil y la chaqueta de cuero. Y ahora me encontraba andando a paso rápido por la calle, con los dientes apretados, hasta llegar a la zona de los sktars. Sabía que era el único sitio donde nadie me buscaría, porque en aquel momento no estaba para hablar con nadie.
Le pegué una patada a una basura, que debía estar un poco suelta, porque se cayó de su sitio. Estaba demasiado furioso como para pensar en ello, así que lo dejé por el suelo y seguí mi camino.

¿Por qué estaba tan enfadado? Podía ser por el estrés, podía ser porque llevaba mucho tiempo sin pelearme con nadie, o quizás porque no quería seguir en aquella casa del demonio, que se estaba cayendo a trozos y con cada grito parecía que fuera a derrumbarse una pared.

Saqué un cigarro de mi bolsillo y lo encendí con movimientos bruscos, apoyándome en un muro y observando con ojos odiosos el lugar. Sinceramente, tenía ganas de matar a alguien, pero luego tendría problemas.
Dejé escapar todo el humo por la nariz y me apreté el puente. Necesitaba distraerme urgentemente, o me volvería loco. Quizás con un poco de suerte apareciera algún Scar con el que desahogarme un rato, pero lo último que quería era empezar a gritarle a cualquiera, y luego arrepentirme de ello.
"Respira hondo..." me dije a mi mismo.

Miré a la chica que tenía delante y que venía enfadada porque al parecer había perdido su cigarro. Vaya hombre, si yo le contara mis problemas creo que el suyo se quedaría a dos velas, pero ni ganas tenía de eso.
La observé sin decir ni mu, mientras ella me miraba como si yo fuera un enemigo o algo parecido, y alcé las cejas mientras tiraba el mío al suelo y me cruzaba de brazos. Lo pisé para apagarlo, puesto que me cansaba rápido del humo aunque fuera uno de mis mayores hobbies, además de que luego me lloraban los ojos y no era plan de llegar a casa mal para que me cayera otra bronca más.
"Cálmate, es una chica, recuerda." me dije, de nuevo, apretando los dientes. Así que opté por quedarme donde estaba, no fuera que luego lamentara haber hecho que no quería en realidad solo por estar de mala gaita.
- Las niñas no tienen que fumar, es malo para la salud.- indiqué con cierto sarcasmo, encogiéndome de brazos. No sabía la edad que tendría, pero mayor que yo seguro que no era, porque se le veía ya en el físico.- Y, para aclarar, no le he dado a lo primero que se me ha cruzado, sino más de una persona estaría en el suelo.- sí, hoy me había dado por el sarcasmo, así que al que le tocara aguantarme ya sabía lo que le esperaba.

La miré alzando una ceja sin moverme de mi sitio todavía. ¿Acostarme yo con ella? Creo que tenía las ideas un poco cruzadas, pero aquello seguro que se podía solucionar de alguna forma. Sabía que me estaba comportando como el imbécil que era muchas veces cuando se trataba de cierta gente, pero no podía evitarlo, simplemente era así.
- ¿Yo, contigo? Bueno, supongo que crees eso porque todavía tienes las hormonas revolucionadas y tal, así que no lo tomaré en cuenta.- me encogí de hombros como si nada y la miré. Aunque tenía poco volumen corporal, la ropa que llevaba atraía muchas miradas, para bien y para mal.
Vi como se reía demasiado fuerte, haciendo que varios chicos y chicas se giraran para mirarnos, y a mi no me gustaba ser observado, menos en aquel momento en el que querría quitarles los ojos por hacerlo. Pero no quería asustar a la gente, así que mejor me guardaba aquellos comentarios para mi mismo.
- Ya estás tardando.- indiqué, me separé de la pared y fui hacia ella.- Aunque tu también deberías tener cuidado, porque también estás en medio, por si no te has dado cuenta.- seguro que terminaría por llevarse un guantazo algún día por ser tan sarcástica y provocativa con todos, así que más temprano o más tarde... Tampoco no cambiaba tanto las cosas. Y con la mala leche que llevaba encima estaba poniendo todo mi empeño por lo levantar la mano, al fin y al cabo, aunque tuviera carácter y cierta pinta de machote, seguía siendo una mujer, y mis propias leyes me prohibían pegarle a una mujer fuera cual fuera el caso, a no ser que se me escapara la situación de las manos.

La observé sin ganas de decir nada más, tampoco me molestaba quedarme con la palabra en la boca, puesto que tenía otras cosas en la cabeza y ahora ya había descargado una parte importante del peso de mi pecho en algo, aunque claro, me incomodaba que hubiera sido sobre aquella chica en concreto, por muy sarcástica que fuera, tampoco había hecho nada grave para merecerlo.
Vi como se apartaba y la confusión me invadió, ¿por qué se apartaba justo en aquel momento? Así solo hacía que yo me sintiera peor, que no si me hubiera plantado cara y dicho alguna cosa que me echara hacia atrás. Aunque también cabía la posibilidad de que me hubiera dado coraje y entonces la habría liado.
- Perdona... No quería que sonara como una amenaza.- dije dejándome caer sobre el banco, apoyando los codos sobre los brazos y enterrando la cara en las manos. Tenía que aprovechar que había poca gente para poder desahogarme, porque después siempre tenía que mostrar una sonrisa a los demás. Al fin y al cabo, pertenecía a un grupo y debía seguir ciertas pautas.
Me pasé los dedos por el pelo cuando la escuché, sin levantar cabeza.
- No.- contesté, con la voz amortiguada por la camiseta.- Tampoco quería pagarlo contigo, es solo que... Joder, que nada va bien, nada.- pocas personas habían llegado a verme de esa forma, y ahora me derrumbaba allí mismo. Eran demasiados los problemas que acarreaba como para estar mostrando día tras día una faceta simpática, alegre y despreocupada como tapadera.

Mi reacción provocó el efecto deseado y esperado . ¡Bendita psicología inversa! El chico reflejaba en su rostro incertidumbre , incluso parecía sentirse culpable. Lo hacía por su bien , realmente quería ayudarle , ya que yo pensaba dedicarme toda mi vida a la psicología , y por algo debía empezar ¿No? Sonreí interiormente al oír su disculpa , al menos humildad no le faltaba . Negué lentamente con la cabeza , como diciéndole que no se tenía que disculpar por nada.

Lo comprendía. Pagaba sus problemas con gente que no conocía o que le caía mal para no tener que pagarlo con sus amigos o con su familia , era algo que en parte era bueno y en parte no , ya que debía controlar más esos ataques de ira , o se buscaría problemas. Se puso a mi lado , en el banco , algo que no esperaba y que me sorprendió bastante , ya que también barajaba la posibilidad de que me hubiese respondido que no le pasaba nada de forma borde y se hubiera largado. Pero al parecer había dado justo en el clavo. ¡Premio para la señorita Lambert! Giré el cuerpo para poder mirarle mejor , observando su postura , de arrepentimiento.

-No te preocupes- le contesté-. En parte me lo merecía - reconocí finalmente-.

Él dijo que nada le salía bien , en un tono de voz apenas audible. Posiblemente yo era de las pocas personas que lo habían visto en ese estado , vulnerable. No más débil por tener problemas , todos los teníamos y no por ello éramos débiles , sólo había que buscar la manera de afrontarlos.

-No te voy a pedir que me cuentes tu problema si no quieres , pero si necesitas desahogarte estoy dispuesta a escucharte y aconsejarte , seguro que puedo encontrarte una solución razonable y lógica- dije sonriendo de lado en señal de apoyo-. Es una de las pocas cosas que se le dan bien a esta niña -añadí en un tono divertido para suavizar la situación y poder sacarle una sonrisa , ya que lo necesitaba, al igual que necesitaba liberarse de sus preocupaciones contándoselo a alguien-.

Me quedé un minuto aproximadamente sin moverme ni un poco, tan solo mirando al suelo y prácticamente tirándome del pelo por como me estaba comportando. Solo no podía imaginar lo que sucedería si alguien más de mi círculo me viera así, seguro que más de uno utilizaría esto para atacarme cuando pudiera, porque no todos dentro del grupo íbamos de rositas, y ya había barullo a veces por ahí dentro.

Suspiré lentamente soltando el aire y levanté la cabeza, la observé unos instantes sin decir nada, de nuevo. A decir verdad no parecía tan niña, y no debía tener menos de un año o dos que yo, aunque quizás por su carácter parecía más madura de lo que decía su físico. Ahora al menos parecía más tranquila y quizás comprensiva, pero era razonable que antes se hubiera puesto a la defensiva, tampoco se lo iba a echar en cara ni nada por el estilo.

- No creo.- dije encogiéndome de hombros. Me eché atrás para apoyarme sobre el respaldo del banco, mirando la pista de skaters donde salían patines volando cada dos por tres.- Quizás no tan niña.- le dije con una sonrisa ladeada.
Hice silencio un par de minutos.- El mundo es un asco.- comenté, un poco a modo de resumen, porque no le iba a dar el coñazo con todos mis problemas, podíamos pasarnos hasta el día siguiente allí sentados si lo hiciera.- No se... ¿Sabes lo que es estar manteniéndote tan solo por el alcohol y las drogas? Es lo único que evita una depresión, mi casa está hecha una mierda y mi familia igual, tengo que mantenerlos con un sueldo que no me sirve ni para pan y de esas paredes solo salen discusiones. En fin, el sueño de cualquier adolescente.- ironicé sin mala intención y sonreí un poco.- Esto es deprimente, mejor cambiamos de tema. Por cierto, todavía no me has dicho tu nombre.