|Solo una bebida| [Savannah]

Después de cinco días de haber estudiado pasandome las tardes cerrado en casa,por fin llegaba el fin de semana,me encantaba el fin de semana,hacia todo lo que quieras estos dos dias,y mi madre me dejaba llegar a cualquier hora a casa,aunque tuviera 18 años,aún seguia dependiendo de mi madre,sonaba algo mal. Pero yo siempre solia ir bastante pronto a mi casa,era un chico bastante sano,y siempre me gustaba estar en cassa a las 11 o 11 y media de la noche,solo llegaba tarde de esa hora cuando me encontraba en casa de mi novia,a la que no queria,claro. Miraba el reloj,y por suerte,eran las ocho de la tarde, y mi novia todavia no habia llamado por lo que eso significaria que no me iba a llamar hoy,y por suerte,podria disfrutar de este sabado,para que yo hiciese lo que me apetecia,mi novia era algo mandona,y siempre teniamos que hacer lo que ella queria,aunque muchas veces me gustaba lo que queria hacer...pero otras para nada me gustaba,y no me gustaba para nada spicologia de mi novia,yo no estaba de acuerdo con su modo de ver la vida,eramos totalmente diferentes,pero teniamos que estar juntos para ser populares.
Cuando se acerco a las 9 de la noche,decidi ir a dar una vuelta por ahi,por lo que entre en mi gran armario,y me puse algo moderno pero a la vez pijo para salir por ahí. Después de estar vestido,me arregle mi pelo usando la gomina,siempre me gustaba estar bien vestido y tener mi pelo a mi gusto,creo que tardaba más que una chica en vestirme,decidi no llamar a mis amigos,queria salir esta noche solo. Sali de casa,despidiendo de mis padres y de mis hermanos,dejando claro que no sabia a que hora iba a llegar hoy,decidi comprar la moto que mis padres me habian comprando para ir a un bar. Me habia sacado hace un par de meses el carnet de moto. Entre en el primer bar que vi,me encantaba las luces que tenian, y me sente en una silla que habia al lado de la barra,bueno al final de la barra y pedi un zumo de naranja,me gustaba beber sano.

Los apuntes de la semana martilleaban la sien de Savannah aún y se había visto obligada a salir para despejarse y poder disfrutar de la vida nocturna por una vez. Afuera hacía frío, refrescaba y muy pocos viandantes se veían, tan sólo los que salían de los bares para dirigirse a otros u volver al calor de sus hogares.

Ella había entrado en uno al azar, no era demasiado grande pero sí acogedor. La clientela no parecía sobresalir de la media: alguna que otra pareja, grupos de amigos y dos o tres figuras solitarias en la barra. Sin necesidad de pensárselo mucho, Savannah se dirigió a ésta última y se senté en uno de los taburetes, esperando con expresión seria a que el camarero la atendiese.

-Martini. Sólo con hielo.-dijo con tranquilidad, quitándose el abrigo y dejándolo, junto al bolso, en el taburete de su izquierda. El camarero no tardó demasiado en llenar su copa y Savannah, como quien coje una reliquia de diez mil dólares, la agarró con delicadeza y pegó un pequeño sorbo para saborear el alcohol en su boca.

Se sumió en sus cavilaciones. No sabría decir cuánto tiempo pasó. El bar cada vez estaba más lleno y la gente más ruidosa, lo que empezaba a irritarla. Aguantar a borrachos gritones... No, gracias. Un movimiento cercano la hizo alzar la cabeza y observar a un muchacho que se había sentado en la otra punta de la barra. A lo lejos no podía apreciar bien sus facciones, pero su aspecto la hizo esbozar una mueca de cierto desagrado. Le recordaba a aquellos chuloplayas que iban a las discotecas con las camisas desabiertas.

Entonces, escuchó al chico pedir un zumo de naranja y casi se atragantó con su martini. Se mordió la lengua para no soltar una carcajada y le observó, con renovado interés, pues, ¿qué clase de persona sale por la noche para beber zumo de naranja?

El camarero me sirvió mi zumo de naranja decorado con una sombrillita de color morada,de pequeño me gustaba jugar con las decoraciones que ponian en las copas,pero ya no lo hacia,no porque me gustase,sino por la vergüenza que podria pasar.Pero aún asi como me aburria,y como todas las personas que estaban en el bar estaban entretenidos en hablar con sus acompañantes,decidi coger la sombrillita que habia en la sobre,y me puse a jugar con ella,algo distraido,esta vez no lo hacia por diversión,sino porque me aburria un montón,la próxima vez deberia llamar a algunos de mis amigos para que me acompañasen a un bar de estos,pero seguramente me dirigian que no,por los sanos que son al igual que yo,nos gustaba ser chicos sanos y bastantes deportistas.
Levante la vista de la sombrillita,notando la mirada de una chica que se asentaba al final de la barra,pude ver como al principio me miraba con desprecio,por lo que yo también la mostre esa cara,no sabia como la gente sin conocer a nadie,ya te puede estar mirando mal,no soportaba para nada ese tipo de personas,las odiabas,pero luego pude notar que su expresión de la cara cambió,creo que un poco a mejor,y no se porque,creo que esa chica era bastante rara,me gustaban las chicas raras,eso era lo peor de mi,me gustaba Diana porque era rara.
Decidi guiñarla un ojo y mostrarla una sonrisa picara en mi rostro,no se lo que haria la chica,pero queria comprobar porque me miraba.

El chico no parecía haber notado a priori que Savannah lo estaba observando. Ella disfrutaba por dentro analizándolo, aunque por fuera sólo mostrara un rostro de seriedad que ni siquiera pestañeaba. Daba la impresión de ser una acosadora. Oh, seguro que eso era lo que estaba pensando de ella...

Había olvidado el ruido que envolvía al bar, inmersa como estaba en sus cavilaciones, y de vez en cuando tomaba un largo sorbo al martini que tenía entre las manos, alternando miradas entre ellas y él. En una de esas, el chico reaccionó y le obsequió una sonrisa y un guiño de ojo. Savannah se envaró y alzó una ceja con soberbia en un principio, molesta por que él se hubiera dado cuenta de su escrutinio.

No obstante, su actitud alegre la consoló en parte y llamó al camarero con un movimiento de muñeca.

-Una copa para el chico rubio de allí-dijo, señalándole.-Corre a cuenta mía.

El camarero asintió y se fue con una sonrisa. Savannah esperó paciente, expectante por la reacción del chico. Ah, el aburrimiento... No estaba segura de por qué se gastaba dinero en alguien que ni siquiera conocía, pero, desde luego, era muy triste verle jugar con una sombrerilla de color púrpura y un vaso de zumo de naranja en un bar un viernes por la noche.

Parecia que a la chica le habia molestado mi sonrisa bueno parecia que era una chica bastante seria que se dedicaba a juzgar a los demás,no me gustaban esas chicas,sabia que eran unas insoportables,pero bueno por suerte no conocia a ella,y si la sonreia y eso solo era por el aburrimiento no por otra cosa,estaba bastante aburrido,la proxima vez seguro que vendre con amigo.
El camarero me trajo una copa de parte de la chica,yo no solia beber ni pensaba beber,por lo que le dije al camarero que devolviera la copa a la chica,y le dijiera que soy un chico sano,el camarero me hizo caso y se dirigio a la chica para decirla mi comentario en mientras la iba mirando con una sonrisa algo chulita en mi rostro.
Decidi dar pequeños sorbos a mi zumo de naranja de vez en cuando,para nada bebia alcohol y no lo iba a hacer porque una chica quisiera,yo respectaba mi forma de pensar,y eso significa que nunca beberia alcohol aunque respectabab que lo hicieran los demas,pero yo no lo haria.